jueves, 31 de enero de 2013

A MAL TIEMPO BUENA CARA


Entre unas cosas y otras, no he podido actualizar mis últimas andanzas. Pero no por ello puedo dejar de contar mi experiencia la semana pasada.

Vaya días… a decir verdad fue una semana “difícil”. Ni un día de sol. Sólo frío, viento, niebla...  Nieve pegajosa, que se enganchaba en los esquís; nieve húmeda en la que nadar, montones de nieve dura con las que chocar, nieve recién caída en la que hundirse…. Mis pies, rodillas y ganas, se resistían a aguantarlo: “¿por qué?, ¿por qué debo pasar por esto??”  Pero qué poco me apetecía quedarme en casa. Mejor que me diera el aire. Algo se podría hacer.
Tal vez lo peor haya sido esquiar con esa luz plana. Menuda pesadilla. (Mirar en consejos: baja visibilidad y qué es la luz plana).
Y llegaron las caídas… prácticamente a la carta. Cada dos por tres estaba peleándome por levantarme. Unas veces con risas y otras veces ya con impotencia.
Sin embargo, entre esa mezcla de cansancio y ganas de bajar sin esa sensación de susto constante: me relajé. “Tú para alante y ya está. Si te caes, te caes”.
Y efectivamente, entre bache y bache, caídas, hundimientos y giros forzados: lo conseguí. Mi “respeto” a la pendiente había desaparecido.
El día de sol tenía que llegar y ¡por fin veía la pista! Fue ahí donde me alegré enormemente de todo lo pasado. Este mismo martes comencé a dar pasos  agigantados. Los movimientos comienzan a salirme de forma más fluida; me lanzo a la pendiente; me siento cómoda.

* He escuchado que hay que esquiar en todo tipo de nieve y de condiciones,  porque de esta manera conseguimos tener más recursos a la hora de afrontar diferentes situaciones en la nieve. Y como dice mi entrenador: - no hay días malos
(aunque en algunos momentos me he acordado bastante de él)
Pero definitivamente esos días me han hecho fuerte, y me he dado cuenta de que son claves para avanzar.


Por otro lado seguro que no soy la única que cree tener un “lado bueno” y un “lado malo”. Me explico:
Cuando comencé con la cuña mi “pierna buena” era la derecha. Es decir, yo sentía que giraba mejor al lado izquierdo gracias a ella. Esta sensación cambió cuando empecé a aprender el paralelo. Mi pierna buena pasó a ser la izquierda. Y más tarde otra vez de nuevo la derecha. Alvaro me decía que no me preocupara, pero me resultaba desesperante. ¿¿¿Por qué no consigo hacer el giro a la izquierda tan bien como el de la derecha???? . Y al fin me he dado cuenta de que no es un problema de piernas. TODA la posición de mi cuerpo influye para realizar bien el giro de un lado y otro. Desde los apoyos del pie, hasta las rodillas, cadera, mirada, tronco, brazos... Casi nada, jaja.
(En mi caso el problema principal era no entrar a la curva con los esquís plenamente paralelos. Y siendo consciente de esto, estoy comenzando a igualar los giros de izquierda y derecha).

Como dato,  ahora sí qu noto lo importante que ha sido mi preparación física inicial. Si… debo de reconocerlo. Las horas de esquí han comenzado a pasarme factura.  Ahora sí siento que rindo. Me encanta. Las piernas se me están poniendo como dios manda.

Para terminar, dado que cayó una nevada impresionante en el Valle del Aran, he hecho mi primer fuera de pista. Os comento mis sensaciones y cómo acabé consiguiendo mantenerme en esa nieve. Al principio difícil, pero no imposible. 

* Un fuera de pista, son aquellas zonas de la estación en la que la máquina no pasa para pisar la nieve. Por ello la nieve es más blanda e inestable. Es imprescindible en personas que están aprendiendo como yo, ir acompañados de una persona cualificada que sepa si estás preparado (si tu nivel es el adecuado) y que sepa llevarte por zonas en las que no se corra ningún riesgo. Las inconsciencias pueden salir caras.

La primera percepción es que se esquía diferente a lo “normal”. Es como si esquiara con los talones. Si apoyaba con todo el pie, los esquís se me quedaban atravesados entre la nieve.
Para deslizar mejor lo idóneo es juntar los pies para crear una superficie mayor (asemejándose a la superficie de un snowboard).  Si quiero frenar, clavo aún más los talones en la nieve.



* Para girar (que fue lo que más complicado me pareció), es clave coordinar el movimiento de los pies de un lado a otro y en este caso también el de los talones.
Un ejercicio que me gustó, fue uno que hice en el telesilla. De hecho cuando voy sóla lo he hecho alguna vez más.Se trata de girar los pies de un lado a otro lo más coordinados posible. Parece fácil pero al principio se resiste ¡Probadlo!



¡Hasta pronto!


Si no podéis ver bien el vídeo pinchar aquí: http://vimeo.com/58352246




  • Paralelo elemental. Introducción a la toma de cantos. Fuera de pista y primeros saltos.




  • sábado, 26 de enero de 2013

    SI TIENES UN SUEÑO






    • Mi primer día de esquí, 3/12/12
    sábado, 19 de enero de 2013

    UN MUNDO EN LOS PIES

    
    ¡¡Tengo mucho que contar!! ¡¡espero no aburriros!! El lunes día 7 fue mi primer día tras haber pasado dos semanas sin esquiar. Tenía que hacer frente a mis temores: ¿habría perdido todo lo que había aprendido?. Pues no sólo no había sido así, sino que además pude seguir avanzando. Estaba descansada y motivada. Eso sí, tardé media hora en reencontrarme con la nieve.
    Es curioso cómo a veces Álvaro me explica alguna posición o movimiento de todas las maneras habidas y por haber. Y por más que lo hago... no me sale. Hasta que llega el "ejercicio iluminación". Ese que parece un milagro y que hace que todo te salga en un instante. No puedes evitar reirte de la emoción ¡¡¡por fin!!!! Podría decirse que cada semana aparece uno de ellos y son momentos muy gratificantes.
    El ejercicio líder sigue siendo el one foot (esquiar con un solo pie). Algunos se quedan mirando como subo y bajo durante una hora entera por la cinta de debutantes. Recibo miradas y comentarios de todo tipo: "¿Has perdido el esquí??" Algún profesor me anima y algún otro me mira con caras extrañas... que por cierto aún no sé porqué . Pero lo que más me gusta es que hay quienes toman la iniciativa de intentar hacerlo también.
    Desde luego han sido dos semanas de grandes sensaciones. Ha caído una nevada histórica en el Valle del Arán, y esto no me ha permitido subir a las pistas todos los días que hubiese querido. Pero ha sido increíble. Nunca he visto nevar tanto. He probado por segunda vez lo que es esquiar por nieve recién caída (nieve polvo). Y al contrario de lo que me pasó la primera vez, (la cual me agovié al ver que me hundía constantemente), ahora comienza a parecerme divertido. También he esquiado con baches, y aunque les tengo bastante respeto creo que me puede llegar a gustar. Eso de ir dando saltitos tiene su cosilla....Cosilla que se me quitó alguna vez que otra cuando vi mi cara estampada en la nieve... Todo bien. Caerse forma parte del aprendizaje aunque últimamente me caigo un poco más ,jaja.
    Pero quiero centrar mi atención a lo que más tiempo ha ocupado mi cabeza durante estas dos semanas. Me refiero a lo que he comenzado a sentir con los pies. Me explico: Jamás, y digo jamás en mi vida me había concentrado tanto en ellos. Ignoraba que el apoyo de los pies fuera tan decisivo al esquiar. Y es que nunca me he fijado en los pies de los grandes esquiadores. Más bien una se fija en esas "patorras" que tienen, ¿no?. Cuando comencé a hacer los ejercicios con un esquí, me dí cuenta de que según cómo apoyaba la planta del pie, lo hacía con mayor o menor facilidad. Antes de empezar me paraba un instante a pensar en ello, y ahora parece que lo voy automatizando.
    Hoy se lo he comentado a mis compañeros y me han dicho que haber pensado tanto en esto no es muy normal. Incluso que no debería haberle prestado tanta atención. Pero bueno, ha sido así y creo que es importante compartirlo. Aplicándolo al paralelo me ha venido muy bien.

    *Si alguien está empezando que no se tome esto al pie de la letra porque es muy subjetivo y a lo mejor crea confusión. Cada uno debe tener su propia progresión, pensamientos y sensaciones


    Vendría a ser algo así:


    Y siguiendo el hilo de los pies os cuento qué ha pasado con el tema de mi tobillo. Como conté en mi entrada anterior, mi tobillo izquierdo estaba sufriendo porque presionaba contra la bota más de lo normal al girar a la derecha. Este tobillo era una bola ya de por sí, debido a un esguince de años atrás. Pero ahora se está convirtiendo en un bolón. Me recomendaron usar plantillas y pedí una segunda opinión. Me volvieron a mirar los pies y esta vez me dijeron algo más. En definitiva que los tenía muy estrechos y además que al tener tanto hueso, el asunto tenía poca solución. En fin... yo decidí hacerme las plantillas.
    *Lo que hacen la plantillas es corregir las articulaciones del pie, repartiendo toda la transmisión de las fuerzas que se ejercen en el suelo y creando el mayor punto de apoyos posible. Esto influye directamente en la mejora de la estabilidad. Cada persona tiene una forma de pie y apoyo diferente, siendo los más comunes la pisada en pronación, neutra o supinadora.




     



    Desde hace años sé que soy pronadora ya que debía elegir las zapatillas adecuadas para correr. Lo que no sabía es que mi pronación podría  influirme al esquiar. Nada más ponerme las botas con las plantillas, sentí como toda la planta de mi pie se apoyaba. Una comodidad que no recordaba tener en años. "Soy de las que nada más llegar a casa se quita los zapatos. No los aguanto".
    El primer día que las usé también sentí que giraba con más facilidad. No tenía que presionar tanto como antes y eso resulta cómodo. Pero por otra parte también notaba que mies pies estaban demasiado apretados. Así que al dia siguiente probé a usar unos calcetines más finos y todo fue mucho mejor. Además las plantillas se van amoldando.
    Pero... ¡sorpresa! Mi problema no se ha solucionado. El tobillo me sigue doliendo. Eso sí, mucho menos que antes. Una de dos, o deformo la bota o me corto los tobillos. Ya veré lo que hago. Sea lo que sea, estas plantillas a medida van bien. Y aunque tenga delito no haber prestado antes la atención suficiente a mi pies, me alegro de que ese momento haya llegado. Esto de los pies es un auténtico mundo por explorar.

    * Si sientes que no estás cómodo en tu bota, no dudes en averiguar cuál es el problema. Resulta que hacen botines a medida (algo que no sabía) y además se hacen estudios biomecánicos de la pisada al esquiar para hacer plantillas personalizadas. Intenta contrastar  opiniones y si cuentas con la ayuda de un profesional: siempre mejor.

    ¡Os dejo nuevo vídeo! :-)
    Si no podéis ver bien el vídeo pinchar aquí: http://vimeo.com/57783530


    •     Ejercicios y paralelo elemental


    domingo, 13 de enero de 2013

    TÉCNICA DE BASE

    ENERO 2013

    INTRODUCCIÓN
    Todos podemos aprender a esquiar. Ser un buen deportista no es sinónimo de ponerse los esquís, controlarlos y de buenas a primeras lanzarse montaña abajo. Ni mucho menos. El esquí es un deporte muy técnico ya que entre otras cosas, sus movimientos no se realizan de forma natural. Sin embargo, su práctica requiere de cierta exigencia física (mayor o menor dependiendo de nuestros objetivos). Además, las personas que realizan deporte generalmente poseen una mayor coordinación, asociando mejor los movimientos a cada parte del cuerpo. Algo que en el esquí es fundamental.

    Debido a esto es aconsejable partir con unas buenas condiciones físicas previas. Tanto si vas a esquiar durante un corto periodo de tiempo (fines de semana, 5 días, semana blanca,...) como si no, recomiendo una mínima preparación: haciendo ejercicio al menos 3 veces por semana y básicamente aumentando nuestra resistencia y fortaleciendo nuestra musculatura.
    Resistiremos mejor a la fatiga disfrutando más de su práctica; asimilaremos mejor la técnica; seremos menos propensos a sufrir lesiones; y definitivamente progresaremos más rápido.

    Pero si esto no fuera posible no es motivo de renuncia. ¡De ninguna de las maneras!.
    Este deporte está hecho para todos. Lo practican personas de todas las edades y niveles.
    Marca tu propio objetivo, ajústalo a tus capacidades y al espacio de tiempo del que dispones y deseas emplear, y ya sólo te quedará lo más importante: ¡disfrutar!




    TÉCNICA DE BASE
    No pretendo dar una clase de esquí virtual. La cantidad de ejercicios es infinita y no se realizan como si siguiéramos un libro de instrucciónes. Cada uno de ellos se adapta a las necesidades y evolución de cada persona. De ahí la gran función de un buen profesor.
    A continuación, visualizar bien la postura y los movimientos. Al estar sobre la nieve deberéis intentar plasmárlos. Pero lo más importante de todo será sentirlos.
    Visualizar, plasmar, sentir.
    1. Posición base
    2. Cuña
    3. Descenso directo
    4. Giro en cuña
    5. Giro en cuña acabado en paralelo


    POSICIÓN BASE
    Todos los movimientos que se realizan en el esquí parten de esta posición. Sin ella, serás como un edificio sin cimientos. Podrás construir 1 piso, 2 pisos, 3 pisos...¿pero podrás llegar al cuarto? Lo ideal sería que le dieras la importancia que le corresponde. Al principio puede que te resulte un tanto ortopédica. Pero una vez que la identifiques sentirás seguridad.
    Antes de ponerte los esquís, intenta que no te invada la impaciencia. Practica la posición sólo con las botas. Verás que transperencía más buena.

    1. Los esquís deben estar separados y en paralelo, coincidiendo con la anchura de las caderas.
    2. Miramos hacia delante. Tenemos tendencia a mirar nuestros esquís.
    3. Flexionamos las rodillas y tobillos inclinando el cuerpo ligeramente hacia delante. Debemos notar como el empeine se apoya en la parte delantera de la bota. Intentaremos distribuir presión en toda la planta del pie.
    4. Cogemos los bastones de manera que las manos se sitúen por delante de las caderas. Siente los hombros relajados.
    * Al principio de nuestro aprendizaje los bastones tienen una función limitada. Los usamos sobre todo para empujarnos, para equilibrarnos cuando estamos en parado y para sacar la bota del esquí (mirar sección de consejos). Más adelante es cuando adquieren su máxima utilidad.
    5. Para conseguir una buena postura de nuestro tronco superior, imáginamos que recibimos un golpe en el estómago y lo endurecemos.













    DESCENSO DIRECTO
    Subimos a una pendiente con muy poca inclinación para poder parar sin necesidad de frenar. Si encontramos una contrapendiente mucho mejor.
    Se trata de descender manteniendo la posición base. Sentiremos una ligera presión sobre la bota, en la parte delantera de los pies. La falta de confianza hace que reaccionemos retrasando el cuerpo. Mientras éste queda atrás, nuestros esquís siguen deslizandose hacia delante terminando en posibles caídas. Sin embargo manteniéndo la posición correcta (dirigiendo nuestro cuerpo ligeramente hacia delante), se crea un apoyo seguro pese a que nuestros sentidos nos digan lo contrario.







    CUÑA
    Es el momento de aprender a frenar. La cuña, aparte de controlar la velocidad, nos aporta la estabilidad necesaria para bajar por la pendiente.

    1. Lo primero que debemos hacer es adoptar la posición base.
    2. Nos delizamos sin perder la postura y hacemos una ligera abertura de los talones hacia afuera.
    3. Sentimos como la parte interna de los pies ejercen presión sobre las botas simétricamente.
    De esta forma se meterán los cantos internos del esqui que nos ayudarán a frenar.
    4. Abrimos progresivamente manteniendo las rodillas separadas.









    GIRO EN CUÑA
    Una vez controlada la cuña, llega el momento de poder tomar la dirección que deseémos.

    1. Nos encontramos en posición de cuña y queremos girar hacia nuestra derecha.
    Anteriromente lo que hacíamos es presionar las dos piernas simétricamente, pero esta vez lo que haremos es presionar el esquí de nuestra pierna exterior (el esquí izquierdo), cargando el peso de nuestro cuerpo y evitando inclinarlo hacia el lado interior de la curva.
    2. Sentimos como poco a poco giramos sin perder la posición ni la flexión de nuestras rodillas.
    3. Terminada la curva dirigimos nuestros esquís en cuña hacia la pendiente.
    4. Comenzamos a presionar con la pierna exterior (que ahora será la pierna derecha).
    5. Y sentimos de nuevo como giramos hacia el lado contrario.






    * Uno de los ejercicios que más me ayudaron fue hacerlo sin bastones y poniéndo las manos sobre las rodillas. Así, cuando quieres hacer presión en el esquí externo puedes apretar con la mano en la pierna haciendo la fuerza necesaria para que se produzca el giro.



    GIRO EN CUÑA ACABADO EN PARALELO
    Vamos a deslizarnos un poquito más sobre la nieve y llegado a este punto me gustaría comentar algo. Este giro es una introducción directa al paralelo, del cual muchos principiantes deciden prescindir. Quiero insistir en que seamos un poquito pacientes. Muchos esquiadores no saben hacer bien la cuña y esto influye en que no esquíen todo lo bien que podrían hacerlo.
    Disfruta de tu cuña con la que ya podrás hacer esas pistas azules que tanto quisiste. Asiéntala y cuando te veas preparado será el momento de comenzar ese deseado paralelo.

    1. Partimos de la posición de cuña
    2. Giramos hacia nuestro lado izquierdo presionando sobre el esquí derecho.
    3. Llegando al final de la curva dirigimos nuestro esquí interior colocándolo paralelamente al esquí exterior.
    4. Nos dejamos deslizar en paralelo.
    5. Desde esta posición volveríamos a adoptar la posición de cuña para realizar los mismos movimientos hacia el lado contrario.








    * Si es la primera vez que esquías recomiendo tomar clases. Tal y como estamos hoy en día es una opción complicada para muchos de nosotros. Soy consciente de ello. Pero si puedes permitírtelo, es un gasto que compensa tanto a largo como a corto plazo. Avanzarás desde el primer momento y te darán las herramientas necesarias para disfrutar de tus días en la nieve. Descarta la opción de quedarte eternamente en la cafetería.

    No quiero ser mala pero... lo sé: tu amigo te ha dicho que esquía igual que anda. Y por supuesto te ha asegurado que él te enseñará. De veras que no dudo del corazón y de las buenas intenciones de tu amigo. Pero me gustaría contaros un caso muy cercano a mí:

    Un amigo mío fue un día a esquiar con su grupo de colegas. Días atrás él había comentado que no sabía esquiar. Pero uno de sus amigos le dijo que no se preocupara; que él le enseñaría.
    ¿Y que pensáis que ocurrió? que su amigo, que quería disfrutar a tope de su largo día en la nieve, le explicó todo lo que consideró imprescindible durante 5 minutos. Tras la "extensa explicación" le dejó, como se suele decir, en mano de dios.
    Como resultado mi amigo no lo pasó muy bien... Todo le resultó tan complicado que no ha vuelto a esquiar en su vida.

    Es una pena que esto no sea un caso aislado. Ocurre a menudo. Así que cuando tu amigo, hermana, hijo, etc... te digan que te enseñan, sencillamente concédete el minuto de la duda :-)



    viernes, 4 de enero de 2013

    SIN TIEMPO QUE PERDER


    ¡Hola a tod@s!

    Parece que he estado un poco distante del blog, aunque en realidad ha sido todo lo contrario. De ahí la nueva sección de seguridad y esquí. Pero he decidido hacer un pequeño apartado para recordar que esto sigue adelante.
    Como comenté, fui a parar la última semana de diciembre con mi familia y amigos. Semana en la que lo he pasado genial y que me ha servido para asentar y renovar ideas. Tanto, que no he entrenado absolutamente nada. Como consecuencia volví a Vielha el día 30 con la sensación de estar "floja". De haberme dejado. Pero no era sólo una sensación a nivel físico sino también psicológico. Y alguien se preguntará cómo es esto posible si he seguido fiélmente mi planificación.

    No; el motivo no fue esa semana, la cual fue un descanso que de alguna manera necesitaba. El problema es que este sentimiento de dejadez provenía de algunas semanas atrás. Y es que sólo yo sabía que todavía no estaba dando todo de mí; que mi actitud no era plena. ¿El motivo?: No estaba creyendo en mi misma lo suficiente.
    ¿Cuantos de nosotros no hemos creído en nosotros mismos desaprovechando oportunidades y parte del potencial que tenemos?. No creer en nosotros mismos nos impide estar al 100%


    
    Después de esa semana alejada del esquí y más centrada en otras facetas de mi vida, en fin de año se me encendió la lucecita. Uno de mis propósitos para el 2013 es estar al 100% con este proyecto hasta el final.  Me quedan unos 50 días de esquí, mucho más de la mitad de lo que llevo, y NO TENGO TIEMPO QUE PERDER. Puede que este tren sólo pase una vez… así que subo me lleve donde me lleve.

    Las apuestas están echas… una parte de gente que conozco piensa que conseguiré el nivel al que hemos apuntado mi entrenador y yo, otros no se posicionan, y otra parte no tiene una visión muy optimista. Pero sea lo que sea, en quien debo de confiar es en mí más allá de todo lo demás.

    Esta primera semana del año estoy con un entreno de mantenimiento. Pero el lunes día 7 vuelvo a  las pistas con más fuerza que nunca.

    ¡Feliz año nuevo!

    



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    Innsbruck, Tirol, Austria

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